He estado mucho tiempo pensando en cómo inaugurar el blog de Feel My Brand, en cuál podría ser ese primer post, ese primer artículo para iniciar esta nueva aventura.
Podría haber comenzado de la manera más técnica posible. 
Localizar esa palabra clave que tiene un número importante de búsquedas y empezar a escribir sobre ella, aplicando todas las técnicas de SEO que llevo años estudiando.
Utilizando toda esta batería de teoría, seguramente acabaría posicionando mi artículo en Google al cabo de un tiempo. 
No estaría mal, sin duda. 
Posicionar es la clave.


También he pensado en comenzar el blog explicando cómo crear el nombre de una marca o cómo seleccionar el nombre de un dominio o cómo manejar wordpress…
-¿Qué opináis?

Quizá debiera comenzar por contar mi historia, por aquello del Storytelling y el Copywriting que está tan de moda.
-No sé
-No es fácil empezar
-Nada fácil
Así estaba yo, dándole vueltas a mi hoja en blanco, esa temible hoja en blanco que a todos nos aterra, rebuscando ideas en mi cabeza para elegir el primer tema, preparada para redactar ese artículo que daría el pistoletazo de salida a este nuevo proyecto.
-Pero…
-Sucedió una cosa.
-Sí, una cosa.
-Sucedió una sola cosa


Pero esa cosa era suficientemente importante para paralizarme por completo
-¡Qué horror!
De repente, me di cuenta de que estaba harta, vamos, lo que viene siendo, cansada.
Más que cansada, desinflada.
Me di cuenta de que estaba harta del marketing.
Para ser exacta, caí en la cuenta de que la cosa era aún más grave, estaba agotada del marketing, asqueada, decepcionada, hasta los huevos, vamos, que no quería saber más del tema.
-Pero vamos a ver, Silvia. ¿cómo vas a estar cansada del marketing?. 
Acabas de terminar de montar la web de Feel My Brand, que te ha llevado bastante tiempo y que es una comunidad de marketing. Te has pasado tus vacaciones con este proyecto de marketing y ¿ahora te das cuenta de que estás cansada del marketing?….
“Cagoenlaputa”… Bien pudiste darte cuenta antes.

Todos estos pensamientos comenzaron a hacerme intuir que se acercaba una crisis existencial importante, así que lo mejor en estos casos era llamar a mi amiga Nuria para compartir penas, tomar distancia, escuchar una segunda opinión y poner un cortafuegos.
-Qué no Nuria, se acabó. Lo dejo. Lo dejo todo.
-Silvia, lo único que te pasa es que estás saturada. Llevas tres máster de marketing uno tras otro, trabajas en marketing, lees libros de marketing en lugar de novelas, sueñas con Marketing…
Resumiendo, te has pasado de frenada. Necesitas parar. Poner distancia. Eso es todo.

Pero a pesar de lo que mi amiga Nuria, con toda su mejor intención, me aconsejaba, yo sabía que había algo más. Era una crisis más profunda. Más interior.


La realidad era que cada vez que me saltaba el típico anuncio de youtube con el lema de: 
“Vive la vida que quieres vivir”, 
“Lleva tu marca al siguiente nivel”,
 “Descubre tu buyer persona”
 y otras muchas tonterías de marketing de este tipo, he de reconocer que la cosa me superaba.
No podía con ello.
Ya no podía más.
Lo siento.
Me empezaba a parecer absolutamente ridículo.


Empezaba a pensar que todos los marketers hacíamos exactamente las mismas tonterías, repetíamos las mismas frases, éramos como una manada, sin pensamiento ni criterio propio.
Estaba cansada de que todos repitiéramos las mismas frases fabricadas por algún copywritting y que los demás habíamos copiado, sin sentimiento, sin verdad, bajo el más absoluto consumismo. 
Porque sí, todo sentía que todo estaba pervertido por un consumismo feroz, incluso el marketing, o mejor dicho, especialmente el marketing.
Tenía que reconocer que el marketing, como la vida, me había decepcionado.


A veces pienso:  ¿Y esto es todo, amigos?
No lo puedo creer. Tiene que haber otro marketing, otro máster, otra escuela, otro lugar en el mundo donde enseñen algo que me resuene a verdad.
No puedo creerlo.


Todos los marketers utilizan las mismas palabras vacías para vender un producto que en verdad les da igual que sea un helado, una casa o una camiseta. Todo se vende utilizando las mismas técnicas. Lo único importante es vender.


No hay sentimiento, no hay alma. Los negocios o los productos están vacíos, no tienen espíritu.
Sólo importa la tarjeta de crédito, la conversión. La maldita conversión. Estoy cansada de la conversión.
Tenemos que retroceder. Necesitamos volver a los orígenes y si no podemos retroceder, los “raros” como yo deberemos crear nuestro pequeño mundo, dentro de este océano inmenso.  


En mi mundo, en mi marketing, en ese marketing en el que yo creo, no vamos a preguntar por la tasa de conversión de tu producto, porque no nos interesa.


Tampoco vamos a preguntar por tus indicadores de marketing, ni por tu landing page. 
Ni nos va a interesar cuál es tu funnel, ni qué herramienta de analítica utilizas.


No me malinterpretes, no es que todo eso no sea importante. Yo me he pasado tres máster estudiando todas esas cosas técnicas como para decir ahora que todo eso no importa. Claro qué importa.


Pero eso es una estrategia de marketing exclusivamente para vender más. Que no está mal, ojo. 


Pero en Feel My Brand no nos interesa vender. 
Y por eso vamos a vender más que nadie. 


Hay cosas que se venden solas, simplemente porque son auténticas, son verdad, están llenas de sentimiento, de emoción, de energía. Y esas cosas, se venden solas. 


Esto es como cuando uno se pasa la vida buscando pareja y no acaba de encontrarla. ¿Sabes por qué?. Porque no hay peor cosa que buscar algo. Esa energía es demasiado intensa, demasiado comercial. Las potenciales parejas huyen de eso porque huele a mentira.  
Cuando uno no busca y simplemente disfruta, vive, siente… cuando eso sucede, la energía que se emite es tan auténtica, tan genuina, que es irresistible, carismática.


Feel My Brand es la comunidad en la que vamos a aprender a emitir esa energía, ya sea con nuestra marca de negocio o nuestra marca personal. A esto lo hemos llamado Marketing Energético y Experiencial. 

Hoy comenzamos esta aventura. 


En Feel My Brand hablaremos de: 
-¿A qué huele tu producto?
-¿Qué sienten tus clientes cuando lo usan?
-¿Qué recuerdo te vino a la mente?
-¿Qué hay de nuestro amor?

Si te interesan todas esas preguntas, más que otras, entonces esta es tu comunidad. Suscríbete, lo vamos a disfrutar.